La tecnología médica avanza a pasos agigantados. Las fronteras de los procedimientos médicos alimentan la imaginación por la composición de sus materiales, las dimensiones de los instrumentos, las capacidades de estos diseños. Estas invenciones tienen particularidades tanto bioéticas como técnicas que requieren que se conozcan con mayor detalle para evaluar sus implicaciones y consecuencias. Por eso, preguntamos a las personas por el conocimiento que tienen de estos temas. Nos enfocamos, en esta oportunidad, en los implantes de chips en el cuerpo humano, en particular en el cerebro.
El primer dato importante es conocer la familiaridad de las personas con el tema. Por eso consultamos qué tanto han escuchado o leído sobre el tema de los implantes de chips cerebrales.
El 70% de las personas en México han escuchado o leído poco o nada sobre implantes de chips en el cerebro humano. Solamente 1 de cada cuatro personas en México han leído o escuchado algo o mucho sobre el tema. Como hemos visto en otras encuestas en temas científicos, estos altos porcentajes de desconocimiento revelan un área de oportunidad para la divulgación.
Estos implantes buscarían incrementar la concentración y promover el procesamiento de información para quienes lo porten. Al preguntarle a las personas si, conociendo que estos serán los beneficios de tener un chip implantado, sería algo que ellas elijan tener.
Aquí también, casi tres de cada cuatro personas dicen que probable o definitivamente no sería algo que buscarían implantarse. Solo el 2% de las personas dicen que sí, definitivamente sí elegirían colocarse un chip en el cerebro que les permitiera concentrarse y procesar información mejor.
Esta misma pregunta la planteó el Pew Research Center a las personas adultas en Estados Unidos. Y la proporción de respuestas se asemeja un poco a la proporción de las personas en México. Allá, el 32% no querrían, o quizá no querrían tener implantado un chip que mejore sus habilidades cognitivas.
Otra interrogante interesante fue conocer la disposición de las personas frente a este tipo de tecnologías. Les planteamos dos aseveraciones y les pedimos que nos dijeran cuál de las dos se acerca más a lo que opinan sobre los implantes de chips en cuerpos humanos. La primera: “Como humanos siempre tratamos de mejorarnos y esta idea noe s diferente”. Y la segunda: “Esta idea se entromete con la naturaleza y cruza una línea que no deberíamos cruzar”.
La mitad de las personas están de acuerdo con la primera afirmación, la que ve estos avances como un intento por mejorarnos, y el 37 por ciento cree lo contrario, que con este tipo de avances se cruzan líneas que no deben cruzarse.
Es interesante conocer la opinión de las personas sobre estas tecnologías de vanguardia porque permite conocer, entre otras cosas, dónde trazan las personas los límites a la ciencia. Y además, descubre las zonas en las que la comunicación científica tiene trabajo por hacer para promover el conocimiento claro de sus avances más interesantes.