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Existen distintos grados de miedo. Los hay que son simples sustitutos, y los hay paralizantes, incapacitantes. Estos últimos, también se les conoce como fobias y cuentan con una descripción clínica específica: son trastornos de la ansiedad que tienen como manifestación un temor irracional y atenazante ante cosas, situaciones, personas que plantean en realidad distintos grados de peligro peligro, o ninguno. Por ejemplo, las alturas, los aviones, o los globos y los payasos. 

En una encuesta aplicada a personas en Gran Bretaña, respondieron que ese ficcionado y famoso objeto del temor, los payasos, no lo son tanto. En realidad, solo el 4% de las personas británicas le tienen “mucho miedo” a esos personajes de maquillaje en pasta y alegría forzada. Nosotros preguntamos a las personas en México hace unos años esto mismo y la respuesta no fue muy distinta. Apenas el 1% dijo mucho y el 6% dijo que los payasos les provocan algo de miedo.  Esta respuesta fue parte de nuestra encuesta sobre fobias. 

Tres de cada cuatro personas en México dicen saber qué es una fobia. Pero casi tres de cada cuatro tampoco consideran que las fobias sean un tipo de enfermedad. Claro, una cosa es saber qué es una fobia, cuál es su definición y si se le considera una cuestión clínica, y otra cosa muy distinta es considerar que uno ensancha las filas del contingente de fóbicas y fóbicos que anda por el mundo. Al plantearles la pregunta específica, la proporción se acomodó de la siguiente manera. 

Es posible decir, entonces, que una de cada cuatro personas en México padecen un temor intenso e irracional, de caracter enfermizo, hacia una persona, una cosa o una situación. Ahora bien, es interesante precisar las objetos que provocan esas fobias a las personas en México. Les proporcionamos una lista amplia de fobias y les pedimos que respondieran si les provocaban mucho, algo, poco o nada de temor. 

Las arañas y las alturas comparten el escalafón más alto con el 10% de las personas respondiendo “mucho” al temor que les provoca. Es interesante,  considerar de esos miedos comunes como el temor a los aviones. El 64% de las personas consultada dice no sentir nada de miedo. Y la sangre tampoco le provoca nada de temor al 67% de las personas en México. Curioso considerar que el 10% de las personas en México dicen tenerle mucho o algo de miedo a la oscuridad, y la misma proporción le tiene miedo a, ni más ni menos, que a los fantasmas.  No es precisamente un estudio de fobias pero es ilustrativo leer que en Estados Unidos, la Universidad Chapman se ha dedicado a estudiar los miedos que aquejan a las personas en aquel país desde hace años. En su último Survey of American Fears, los fantasmas aparecen en el lugar 89 de 95: el 8.3% de las personas les temen. Como decíamos en un inicio, hay distintos grados en el espectro de los temores: desde los simples sustos hasta los que hacen que enfrentarnos al agua sea una odisea paralizante.