Hace unos días, la Corte del Estado de Veracruz tenía ante sí la discusión de un proyecto de sentencia que, de haberse aprobado, habría forzado la modificación del Código Penal local para despenalizar la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas no obstante la causa, y en cualquier otro momento si el embarazo fue resultado de una violación. Era un proyecto de sentencia con implicaciones profundas para el país, ya que su aprobación habría repercutido en la jurisprudencia para los demás estados del país. La sentencia se discutió y la votación fue 4 a 1 en contra, por lo que se devolvió y otro ministro o ministra deberá presentar un nuevo proyecto. La discusión incentivó fuertes discusiones y marchas. El aborto sigue siendo uno de esos temas que dividen a la opinión pública profundamente. En nuestra encuesta de 2015, esta división de opiniones nos quedó muy clara. Al consultarles a las personas sobre si se considera “en pro al derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo o en pro al derecho a la vida”, la respuesta fue la siguiente:
En México, la aguja se inclinaba a la postura en contra del aborto. Es importante considerar que el 8% de las personas consultadas no respondieron o dijeron no saber; es un porcentaje importante que incluye a personas susceptibles de ser persuadidas en uno u otro sentido.
En muchos países, no obstante el nivel de información, el aborto sigue siendo un tema contencioso. Según la encuesta de opinión pública realizada por el Pew Research Center en Estados Unidos, el aborto divide a las personas en ese país más o menos uniformemente desde hace décadas. 2009 fue el momento el que más cerca estuvieron estas dos posturas encontradas. En ese entonces, el 44% de las personas decía que debía ser ilegal en todos o la mayoría de los casos mientras que el 47% decía que debía ser legal en todos o la mayoría de los casos. Esta brecha, para 2015 se amplió a casi ocho puntos porcentuales (43% opinaba en contra, y 51% opinaba a favor), y hasta llegar al 2019 con una distancia entre ambas mucho más grande: 38% opinan que debe ser ilegal; 61% opina que debe ser legal.
Al consultar sobre las circunstancias en las que las personas en México considerarían que el aborto podría ser legal, la dispersión de opiniones plantea un panorama interesante.
La absoluta negativa se reduce, como vemos, a un 24 por ciento de las personas respondientes, y la categoría que agrupa a la mayoría de las personas, con casi el 50% de las opiniones es la que condiciona la legalidad a ciertas circunstancias.
Y al consultarle a las personas sobre lo decisivo que sería el tema del aborto en una circunstancia política real, por ejemplo, una elección, las respuestas evidenciaron una panorama de cambio difícil. Por un lado, el 57 por ciento alinearía su voto a la postura del candidato o la candidata frente al aborto o lo considera un factor importante para decidir su voto. Por otro lado el 24 por ciento dice que no lo considera un tema importante. El 19 por ciento, casi una quinta parte, dijo no saber o no contestó.