Nuestra vida está rodeada de entretenimientos, de distracciones. La portabilidad de los dispositivos para emplearlo, la expansión del internet y las variedad de expresiones y alternativas ayudan a que, si tenemos, podamos perder el tiempo muy agusto. Pero, de toda esta marea de posibilidades, tomemos la música. Los programas de radio, los viniles, las descargas, los CD, tuvieron su momento, pero la interrogante persiste, ¿cómo consumimos música ahora? Nuestra encuesta de 2015 reveló, por ejemplo, un dato crucial: el 71% de las personas en México aseguran emplear internet para escuchar música. Además, ya entonces, la mayoría de las personas consultadas, con el 33%, decían escuchar música por internet diariamente.
En Inglaterra, por ejemplo, una encuesta de este año muestra datos interesantes. Pidieron a adultos que mencionaran los medios que emplean, en un mes cualquiera, para consumir música. Los servicios de streaming via internet fueron mencionados en 41%; para ese mismo periodo, las personas usaron la radio en un 59%, CDs 36%, y curiosamente, las descargas pagadas de música por internet tan solo un 12%.
Nuestra encuesta mostró, en 2015, que el principal medio para reproducir música en internet, es un servicio que no necesariamente está pensado para ello. Con un abrumador 76%, las personas en México respondieron que usan YouTube, la plataforma de videos, para escuchar música. Servicios especializados como Spotify o Soundcloud, no eran tan importantes en las preferencias de las personas. Es interesante considerar cómo se ha movido esta tendencia en una sociedad cuyo acceso a internet en 2019 estaba en 76% en población urbana y 47% entre población rural, según datos del INEGI.
Además, otro dato significativo, es que de los 80.6 millones de usuarios mexicanos de internet, el 95% lo accedían por medio de sus teléfonos inteligentes. ¿Cómo se habrán modificado los hábitos de consumo entre las personas que escuchan música por internet, en vista de los cambios en los planes de datos celulares y las redes de Wi-Fi cada vez más presentes en las ciudades mexicanas? De la misma manera también nos muestra que los servicios de paga –generalmente opciones premium de las plataformas– no son necesariamente los más frecuentados.
De hecho, en 2015, las personas que consultamos respondieron negativamente a la pregunta si han contratado servicios para reproducir música casi en 80%.
Y la cuestión se vuelve extremadamente urgente en una cotidianidad alterada por la pandemia. Dada la escasa proclividad a pagar por este entretenimiento en particular, ¿incrementó el uso de servicios gratuitos o a medios tradicionales como la radio? ¿Se recurrió a la piratería? Es indudable que la pandemia alteró nuestra manera de vida de maneras abruptas y profundas; el entretenimiento no es la excepción y es interesante pensar qué medios verán en este entorno enrarecido, oportunidades para captar minutos de la atención de los consumidores.