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Las revistas son una presencia constante en el panorama informativo y de esparcimiento desde hace décadas. El formato permite pasar un tiempo largo con textos profundos, o informarse y entretenerse. Sin embargo, el consumo de información y entretenimiento en línea las puso en jaque. ¿Cuál ha sido el panorama de las revistas en México desde la perspectiva de las personas que las leen? Según cuentan las personas en Gran Bretaña, el 64% de los adultos consultados no compran revistas casi nunca o nunca. Y solo el 4% dicen hacerlo con bastante regularidad. Hace algunos años, preguntamos a las personas en México si acostumbran leer revistas y la división fue tajante. 

Poco más de una cuarta parte de las personas aseguraron que sí. Y quizá mirando los datos desde la óptica contraria resulta revelador: casi tres de cada cuatro personas en México no acostumbran leer revistas. 

De ese cuarto de personas que dicen sí leer revistas, la dispersión de temas que les interesan es amplia. Les planteamos diez posibles temas y el más común resultaron ser las revistas de espectáculos, con el 36%. Los deportes son el siguiente rubro con 21% y el tercer puesto lo ocupa la cocina con el 12%. 

Sean los temas que sean, los motivos son claros. Más de la mitad de las personas en México leen revistas para entretenerse. Solo un cuarto de ellas lo hacen para recibir información. 

Por último, una de las modalidades más socorridas de las revistas por suponer ingresos regulares es la de las suscripciones. Además, es una manera informal de medir el apego de las lectoras y los lectores a la publicación. En el Pew Research Center, hacen una revisión del estado de las revistas de noticias en Estados Unidos. Sus ventas han caído un poco según este reporte de 2016. Y en ese mismo reporte, se confirma que las suscripciones representan casi la totalidad de la circulación de las revistas en aquel país.  Cuando le plantemos a las personas en México sobre sus costumbres de suscripción a revistas, los márgenes se vuelven aún más amplios. 

Las revistas impresas están acechadas por muchos frentes, y las cifras que recabamos hace algunos años así lo demuestran. Las personas las leen poco y se suscriben a ellas aún menos. Esta cifra es muy reveladora del estado que guardan las revistas no solo como empresas, sino también como objetos de entretenimiento, información y cultura.