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Las noticias económicas son, predeciblemente, desalentadoras. El impacto de la pandemia y los meses de encierro ha sido evidente para muchas personas en su vida cotidiana. Ahora ya es también claro en los indicadores macroeconómicos. El INEGI publicó las cifras de crecimiento para el segundo trimestre del año, y la caída es la peor desde que se lleva este registro. 18.9% con respecto al mismo trimestre pero del 2019. Y en general el impacto en las economías y en los mercados ha sido tremendo. Esta situación de cifras económicas caóticas nos recordó una encuesta realizada hace algunos años sobre las actitudes de las personas en México frente a la bolsa de valores. Una de las cuestiones que nos interesaba investigar era la sensación que tenían las personas de la relevancia de lo que ocurría en estos mercados de inversiones en sus vidas cotidianas. 

Que el 51 por ciento de las personas reportara que no considera que los movimientos de la bolsa en su vida cotidiana señala, por lo menos, que en ese momento las personas en méxico no estaban tan conscientes de la interrelación de todas las diferentes zonas de la economía de los países. 

Les preguntamos también si alguna de las personas de su hogar tenía una cuenta de ahorros, depósito o de inversión. En ese momento, un abrumador 74 por ciento de las personas mexicanas respondió no tener ninguno de estos instrumentos de manejo de su capital. 

Al inquirir sobre sus costumbres de ahorro, la mayoría de las personas reconoció tener el dinero en el banco. Ese hecho, sumado al dato que indica que cerca del 10 por ciento de las personas en México en ese momento guardaban su dinero en casa señala una zona de oportunidad enorme para la educación financiera. Porque al consultar a las personas sobre lo que hacen con su dinero, con el mucho o poco excedente que tienen, una vez más, la mayoría parece preferir tenerlo guardado en una cuenta bancaria. 

 

Y cuando se les consulta sobre la mejor opción para invertir a largo plazo, las opciones prioritarias no cambian mucho en comparación con la gráfica anterior. Quizá lo más revelador es que la segunda respuesta más frecuente, después de cuentas de ahorro, es “no sé”. 

Según un reporte de la OCDE, las economías del mundo están ante dos grandes escenarios posibles: una muy lenta pero sostenida recuperación (el escenario de “un solo golpe”), o una vuelta al confinamiento producto de un rebrote o de una alza en el número de casos en el futuro cercano que provoque otro descenso agudo en las economías mundiales (el escenario del “golpe doble”). En cualquiera de estos dos escenarios, las finanzas personales y las economías de las familias requieren, con urgencia, conocimiento y aproximaciones racionales para lidiar con los daños, hacerle frente a las carencias y potenciar al máximo los recursos disponibles en este momento.