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El llamado a proteger el medio ambiente es cada vez más urgente y se escucha desde distintos sitios. Ya no es solo una particularidad de especialistas, o un llamado de partidarios de una ideología: el mensaje ha permeado y muchas más personas que no necesariamente se describirían como activistas participan de alguna manera de la conciencia de la preservación ecológica. En nuestra encuesta sobre medio ambiente de 2015, decidimos preguntarle a las personas en México en particular por su actitud frente al reciclaje. Al consultarlos sobre su conocimiento del tema, nos quedó claro que la mayoría está al tanto de ese concepto y esa práctica. 

Como siempre en estos casos de hábitos, un primer paso es el conocimiento. Y es claro que casi nueve de cada diez personas en México saben qué es el reciclaje de basura. Sin embargo, como suele suceder también, el paso que separa la conciencia del acto suele ser complejo de franquear. Cuando a las mismas personas les consultamos sobre su costumbre particular de reciclar desperdicios, la proporción cambió un poco. 

Prácticamente la mitad de las personas en México reporta no tener la costumbre de reciclar la basura de su hogar. Esta Las razones son múltiples y difíciles de detallar en pocas palabras, pero no son simplemente achacables a una cuestión de voluntad. En un estudio de 2016 del Pew Research Center hallaron que solo el 28% de las personas en Estados UNidos viven en comunidades donde el reciclaje se promueve intensamente, por medio de programas y sistemas de recolección. En el otro lado del Océano Atlántico, al consultar a las personas en Gran Bretaña específicamente por lo que hacen con los aparatos tecnológicos que ya no usan, solo el 28% contestó que suele reciclarlo. En nuestra encuesta, consultamos precisamente por lo fácil o lo difícil que se les hace clasificar la basura para reciclar. 

Interesante que la concentración de respuestas sea en la proporción media; es decir, parecería ser una enorme área de oportunidad para convencer a las personas que no es tan difícil hacerlo y también parecería que son personas a las que con un poco de incentivo y de infraestructura, sería posible convertir al campo de las personas que reciclan. 

Por último, decidimos consultarlas sobre su reacción a una medida punitiva o coercitiva de parte del gobierno local en este tema. En específico, qué pensarían si el gobierno decide multar a las personas que no reciclen su basura. 

Una vez más, los resultados se concentran en la zona media –ni de acuerdo, ni en desacuerdo. Esta zona, parecería, guarda cierta promesa de que ahí esperan las futuras recicladoras y recicladores del país.